Previo al enlace oficial, hay un momento que siempre se recuerda con ilusión, ternura y mucho amor, el de la pedida. A lo largo del tiempo las costumbres han ido cambiando y, a día de hoy, no es raro escoger un momento especial, diferente, para que el novio apoye una rodilla en el suelo y haga la gran pregunta o, incluso ¿por qué no?, que lo haga la novia. Sin duda en este escenario estarás notando una gran ausencia, esta escena necesita un anillo de compromiso para poder colocarnos en el dedo y anunciar al mundo -o a quien creamos conveniente- que una boda está cerca. Esta tradición, que nos parece siempre actual, se ha ido repitiendo a lo largo de la historia.
De hecho, hay quien apunta a que se remonta al antiguo Egipto. Al parecer, el novio le entregaba a la novia un anillo como promesa de confianza y amor, puesto que para ellos este círculo, sin principio ni final, era el símbolo con el que representaban el amor eterno. Incluso se apunta a que, en la Edad Media, este símbolo se tomaba tan en serio que las mujeres tenían prohibido llevar alianzas solo como adorno. Hay muchas leyendas en torno a este símbolo de amor, y también muchas costumbres y tradiciones que son diferentes en función del país o región. Por ejemplo, hay muchos lugares en los que el precio del anillo debe ser proporcional al salario del novio, mientras que en otros se le da más importancia al detalle y a que sea del gusto de la novia.
Existen tantos anillos de compromiso como mujeres que los llevan y por eso no es sencillo tener una sola opinión sobre la mano o el dedo en el que debemos lucirlo. Cada mujer lo llevará donde más cómodo le resulte o donde para ella sea más bello, pero si eres de esas personas que prefiere conocer una norma antes de saltársela seguro que te interesa saber qué dice el protocolo. En teoría, una vez que la novia haya confirmado que está interesada en casarse con su pareja, el novio colocará el anillo en la mano derecha. Este permanecerá aquí hasta el día de la boda, a partir de ese momento, la mano derecha lucirá la alianza de casada y el anillo de pedida se llevará en la mano contraria.
Esto, que parece tan sencillo, no lo es tanto. Por ejemplo, en la Comunidad Valenciana, Cataluña y Baleares sucede justo, al contrario. Será la mano izquierda la que luzca el anillo hasta el día de la boda, una tradición que comparte con Estados Unidos, donde también se lleva en la mano izquierda. Como puedes observar hay algunas dudas, y muchas opciones, a la hora de escoger la mano en la que llevaremos el anillo de compromiso, sin embargo, a la hora de determinar qué dedo es el adecuado para hacerlo las cosas están claras: se lleva en el anular.
Una vez más tendríamos que remontarnos a tiempos pasados, puesto que ya forma parte de la historia la relación que siempre se ha asociado entre este dedo de la mano y el corazón. Se creía en la existencia de una vena que los une directamente, a la que conocían con el nombre de “vena del amor”. Evidentemente una promesa de amor eterno no podía encontrar mejor lugar. Así, parece que el lugar adecuado para llevar el anillo de compromiso es el dedo anular de la mano derecha. Tras la boda este espacio lo ocupará la alianza y el anillo de compromiso pasará a la mano izquierda, salvo en las comunidades donde es a la inversa. A pesar de todo, existe una gran libertad y no son pocas las personas que, tras la boda, escogen lucir ambos en el mismo dedo.