Cómo elegir tu vestido de novia si quieres seguir llevándolo después de la boda

La forma del cuerpo, el estilo escogido para el conjunto o el momento y lugar de la celebración son determinantes a la hora de elegir el vestido de novia. De hecho, estos han sido, durante décadas, los factores principales que han hecho a las novias decantarse por uno u otro diseño. Sin embargo, en los últimos años, la preocupación por adquirir piezas sostenibles y el interés por aquellos vestidos que no se instalen de por vida en el fondo de un armario han aumentado considerablemente, haciendo que nuevos elementos entren a formar parte del proceso de creación o compra de los vestidos de novia.

La crisis del coronavirus ha favorecido la incorporación de nuevas siluetas al vestuario nupcial. Trajes de chaqueta, vestidos lenceros y faldas midi, que ya comenzaban a tener una presencia destacable en este tipo de looks, se han afianzado como una alternativa a los vestidos tradicionales. Así, cada vez son más las novias que buscan prendas, accesorios y total looks que puedan seguir llevando después de la boda, bien sea con pequeñas transformaciones u optando, directamente, por piezas aptas para el día a día.

Para todas ellas, elaboramos una guía sobre cómo elegir el vestido de novia (si quieren seguir llevándolo después de la boda). Porque, sí, según dos diseñadoras de moda nupcial, es importante tener este requisito en mente desde el primer momento.

LAS SILUETAS, TEJIDOS Y DETALLES APTOS PARA SEGUIR LLEVANDO EL VESTIDO

“Creo que lo más importante es hablar con la diseñadora para decidir si es mejor hacer un vestido transformable o si se prefieren dos piezas independientes. De este modo, si por ejemplo la novia quiere dos vestidos, se puede trabajar en uno más nupcial, trabajado al detalle, y otro más festivo, con un toque sexy”, asegura la diseñadora Inés Martín Alcalde. A partir de ahí, y una vez tenga claro si quiere un look más parecido a las propuestas prêt-à-porter o una pieza más tradicional que se pueda modificar después de la boda, habrá que decidir cuáles son las siluetas, tejidos y estilos que mejor se adaptan a las necesidades de cada novia.

En cuanto a los elementos que componen vestido, Alejandra Oria recomienda una silueta recta o evasé, con corte en la cintura, y en un tejido ligero que acompañe el movimiento de la novia. “Trataría de darle importancia a las mangas, hombros y escote y mantendría la falda con líneas puras para poder convertirla en midi más adelante. También me gusta la idea de un diseño que inicialmente ya sea midi, y no sea necesario cortar”, explica. La diseñadora madrileña también propone algunos tejidos que se adecuan mejor a este tipo de diseños: “Creo que apostaría por una crepe de seda o algodón seda y evitaría los encajes y los bordados. También me atrevería con un Jacquard o tejido con textura”.

Martín Alcalde, por su parte, incide en la importancia de que las telas sean de calidad y 100% naturales, independientemente del estilo o el diseño elegido. “A mí, personalmente, me gustan los vestidos trabajados con manipulaciones de tejidos, pero si buscan algo más minimalista para seguir llevándolo después de la boda, optaría por líneas limpias con cortes arquitectónicos”, reconoce.

VESTIDOS, ACCESORIOS, ABRIGOS… ¿CUÁLES SON LOS MEJORES ALIADOS PARA TRANSFORMAR EL LOOK NUPCIAL?

Seguir llevando el vestido de novia después de la boda no tiene por qué implicar renunciar a la estética nupcial. Un diseño puede ofrecer una infinidad de posibilidades a la hora de ser transformado, así como los accesorios y piezas complementarias del estilismo escogido.  “Los accesorios son siempre un acierto para ensalzar el conjunto del look. Por eso, es más practico transformar un vestido a través de accesorios que puedes quitar y poner”, asegura Alejandra Oria. Así, se puede diseñar un vestido de estética más tradicional para la ceremonia que se pueda transformar en un look de fiesta para la noche o, incluso, en piezas independientes que se puedan llevar después en el día a día. “Es algo que hacemos mucho con los accesorios. Colas transformables, capas, chalecos, abrigos e, incluso, túnicas, son piezas que se pueden modificar y seguir llevando después de la boda”, añade Inés Martín Alcalde.

¿Y SI NO QUEREMOS TRANSFORMAR EL VESTIDO Y SEGUIR LLEVÁNDOLO TAL Y COMO FUE CONCEBIDO?

En ese caso, lo más fácil es optar por siluetas clásicas y piezas sencillas, con posibilidades en el armario del día a día. En este sentido, la moda nupcial y prêt-à-porter se han acercado en los últimos años, por lo que no resulta complicado encontrar un look que cumpla con los requisitos de ambos contextos. Trajes de sastre, faldas midi, combinaciones de dos piezas y prendas lenceras se convierten, así, en las alternativas más aclamadas.

La diseñadora Alejandra Oria tiene clara cuál sería su apuesta para este tipo de looks nupciales: “Un lencero de tirantes en crepe de seda satinado y con mucha caída. Apostaría por una silueta recta, pero con movimiento y lo combinaría con una levita sastrera mate con la solapa satinada. Siempre me han encantado las novias con chaqueta (¡estoy deseando hacer un diseño así!) y creo que las dos piezas por separado son un fondo de armario maravilloso”.

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