Las bodas se van transformando. Surgen nuevas costumbres y asentamos nuevas prácticas como es la de tirar pétalos a los novios después de su enlace, repartir réplicas de los ramos de novia a las chicas que esperamos pronto se casen o entrar bailando al lugar del banquete. Pero ¿cuáles de las tradiciones de las bodas de nuestros padres merecería la pena recuperar ahora?
UNA DOCENA DE HUEVOS A SANTA CLARA: si eres una persona religiosa es muy probable que hayas escuchado hablar de esta tradición nacional. Máxime si vienes del norte de España porque, según dicen, llevar una cajita de huevos a las monjas Clarisas es una buena manera de asegurarte el buen tiempo el día de la boda. Tendrás que decirles el lugar del enlace y la hora para que puedan pedir para que haga buen tiempo. Y si, aún con esas, termina lloviendo, ¡no te preocupes! Ya lo dice el refrán: novia mojada, novia afortunada.
Algo nuevo, algo prestado y algo azul: llevar algo nuevo hace referencia al optimismo y la esperanza depositada en la etapa que comienza. Lucir algo prestado de alguien que ya se haya casado es signo de buen augurio porque nos invita a contagiarnos de la buena fortuna de aquel. Por último, contar con un detalle o complemento azul simboliza el amor, la pureza y la felicidad.
LANZAR EL RAMO: es una tradición que poco a poco se va perdiendo y se ha cambiado por la de dar a determinadas invitadas una réplica en mano del ramo de la novia. También se puede hacer entrega de estas a madres y abuelas. Sin embargo, la divertida tradición de lanzar el ramo y dejar esa decisión al azar para determinar quién será la próxima mujer que se case prácticamente ha caído en olvido. Muchos dicen que esta es una tradición francesa porque en el siglo XIV los invitados tenían que correr detrás de la novia para quitarle la liga. Más tarde era ella quien la lanzaba voluntariamente, pero determinados colectivos no veían esto como algo adecuado para representar la unión del matrimonio así que se empezó a lanzar el ramo, que daba en principio buena suerte a quien lo cogiera. No se sabe por qué razón empezó a tener esto el significado de que quien lo atrapase al vuelo se casaría, pero ¿por qué perder esta tradición tan divertida?
PARTIR LA TARTA: no es que solo se haya perdido la tradición de partir el pastel nupcial, sino que este prácticamente ha dejado de hacerse y se ha sustituido por los postres individuales en mesa. En la Antigua Roma partir la tarta y repartirla entre los invitados era signo de abundancia. Además, este puede ser un instante ideal para una foto preciosa. ¿Por qué perder la costumbre?
ARROZ: esta tradición tiene su origen en una antigua creencia asiática, en la que el arroz es un símbolo de fertilidad y fecundidad. Ahora el arroz se ha cambiado por pétalos de flores en la gran mayoría de las ocasiones, pero aquello no dejaba de tener su gracia.
Estas son solo algunas de las tradiciones de las bodas de antes que merecería la pena recuperar ahora pero seguro que si pides ayuda para organizar la tuya a familiares o amigos que pertenezcan a generaciones anteriores a la tuya descubres muchas más. Pregúntales por alguna anécdota. No solo disfrutaréis de un memorable momento, sino que, además, conseguiréis fundir lo más actual con lo tradicional en un horno único que dé como resultado una boda original.